Gentil por naturaleza
Ah, mira! Otro macho desviado //Solo le faltan cinco para el peso.
¿Qué debo hacer?
Hacer las cosas bien.
Vestir bien, hablar bien, seducir bien //Gente de bien
Existir bien, como Dios manda

Un caballero está pendiente en todo momento de las necesidades ajenas.
Debe estar dispuesto a asistir a quienes lo requieran, sobre todo a su contraparte biológica que apenas puede respirar por si misma, así que nunca sobra —siempre hace falta— abriles la puerta y dejar que pasen primero —muy pesado—
Cargar sus bolsas, maletas, equipaje, compras —muy pesado— e inclusive a ellas mismas. Cuidar que no se resbalen al bajar o subir las escaleras, estando delante o detrás de ella. Igualmente, con los senderos tortuosos —incluso los que ya saben recorrer, la torpeza abunda—. Cubrir los gastos de cualquier tipo —creo que a ellas no les alcanza— —mantenerlas, proveerles, no son autosuficientes—. Hablarles suave y con gentileza —pero sin pluma—, entre más damas mejor —entre menos feas— y saludarlas con delicadeza, tal cual fuera el pétalo de una rosa a punto de desprenderse, y. si ellas lo permiten —ahora nos importa el consentimiento—, un beso en la mejilla. A los compatriotas si de un apretón de manos firme —EL FALO (PACTO) ES FUERTE— —no homo—. Cuando estén en la calle, ceder un asiento para brindar reposo y confort, sin importar las circunstancias —su cuerpo es más frágil y se cansan más— —EL FALO E(RE)S FUERTE—. Si caminan por el andén hazte al lado de la vía para protegerla, y si la están cruzando hazte del lado en que vienen los carros para que en el peor de los casos te atropellen primero.

Ahora tu aspecto, porque nada mejor que aparentar —casual en Colombia—. No necesariamente elegante, pero sí DECENTE, que inspire seguridad, confianza y pulcritud —poder adquisitivo—. Lo ideal, aunque irreal es un traje, símbolo de éxito y clase. Camisa clara, corbata, blazer y pantalón, cinturón y zapatos formales de cuero. Sabemos que la elegancia es imposible todos los días, así que lo más masculino y de buen gusto que haya en tu armario sirve: nada muy colorido ni exhibicionista, algo tranquilo y varonil. ¡Ah! Recuerda que el cabello siempre debe estar corto, al igual que las uñas y tus capacidades de expresar sentimientos. El cuerpo limpio y sin olores tan fuertes para que impregnen, pero tampoco tan suaves para que no marquen terreno.
La pulcritud, ante todo.
¿Y dónde has visto tu, o leído jamás, que caballero andante haya sido puesto ante la justicia, por más homicidios que hubiese cometido?

–Alonso Quijano/Don Quijote de la Mancha